Octubre.
Se acerca Noviembre,
la tarde se tiñe de noche
y es más noche que tarde.
Mientras tanto el Otoño avanza
con calma
pero sin perder el paso,
poco a poco todo se pinta de verde amarillo,
hasta mi alma se hace más ocre
y del techo le caen flecos de musgo y hiedra...
hasta yo me vuelvo más mustio y lánguido,
eso sí, sin caer en la puta depresión
pero tampoco, sin estar en la puta cima del mundo,
digamos que subo y bajo,
que a veces asciendo
y que después, desciendo
y a veces sin frenos y sin ningún control
y en otras extrañas veces,
me encuentro en el punto intermedio.
Soy más ascensor que prudente equilibrio,
mi equilibrio es el desconcierto
y las ganas de comerte
y después...para que contaros...
pero sí os puedo asegurar que después de comer
lo mejor es hacer una buena digestión.

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