Si yo fuera tú,
no sería yo.
Seríamos tú y yo,
seríamos dos,
seríamos un pedazo de ti y un trozo de mi,
un trozo de tu alma ardiente
y una pizca de mi alma inmunda.
Seríamos dos caras de la misma moneda
dos cuerpos en un solo cuerpo.
Mis ojos que son ciegos
mirarían de nuevo la luz más oscura del cielo.
Mis dedos que son insensibles
se cubrirían de una fina capa de células vivas
y mi espíritu y mis esencias
serían dos faros iluminados,
no se apagarían ni de día ni de noche,
serían señales de nuestra existencia
y serían los testigos de piedra de que tú y yo,
somos dos...
pero eso no quita
que pudimos haber sido uno.

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