Descaradamente tú te perteneces
y haces lo que tú quieres.
Yo en cambio
me siento esclavo de mi forma de ser,
quiero ser rudo y duro
y en realidad me amoldo a lo que hay.
Me enternezco en cualquier esquina,
me enamoro hasta del enemigo
y porque pienso
que el amor puede con todo.
Y es falso mi planteamiento,
me he enamorado cuatro veces en mi vida
y en ninguna he querido al enemigo,
he querido con ganas
y hasta la médula
y me he enternecido como un niño
y he reído y llorado más de lo que uno se puede imaginar,
pero de alguna manera,
siempre hubo empatía de pensamientos y sentimientos,
por tanto,
me enamoro de todo
menos del enemigo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario