Me declaro culpable
de haber vivido tanto tiempo
y todo tan intenso
y tan de esa manera
donde todo brota
y después,
todo se incendia.
Me declaro culpable
de ser insumiso
de no querer gloria en la victoria
y de preferir un abrazo amigo
a matar de una bala a mi peor enemigo.
Me declaro culpable
de ser así:
explosivo, pasional,
ardiente, apasionado,
nunca devoto de nada,
desconfiado porque así me han enseñado,
amigo de mi soledad
y curioso por mi curiosidad innata.
Nací...curioso
y moriré...curioso
y en el más allá
intentaré descifrar
porque los gusanos se comen mi carne.

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