Como es que todo lo que veo y siento
se acaba acomodando en una esquina de la memoria
y sino sale a pasear un día...lo hará al día siguiente.
No hay prisa
cuando sientes que todo está a buen recaudo.
Otra cosa mejor no hemos aprendido en ésta vida,
hay que tener paciencia y hay que dar tiempo de espera
y para que maduren las ideas y las sensaciones
y para que el objetivo, sea cual sea,
caiga casi siempre por su propio peso.
Paciencia, nos dijeron,
esperemos a que madure el fruto del árbol
y que la flor abra sus pétalos al completo.
Nos dijeron
hay que tener paciencia
y aquí estoy yo
paciente, sosegado,
tranquilo, armónico,
y por encima del todo,
me miro de frente
y me encuentro feliz y casi sedado.

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