Dentro de mi caben tantas cosas,
que a su vez están llenas de agujeros de techo a suelo
y se comunican por vasos comunicantes
y por viejos raíles de tranvías
que existieron hace siglos
y de los cuales
solo han quedado los chirridos de sus frenos.
De pequeño me entusiasmaban los tranvías
y ahora me encantan los viejos toboganes oxidados.
El tiempo ha pasado por nosotros
pero en cambio los recuerdos
laten más que antes.

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