Cuidaremos con sumo esmero, de lo entrañable.
Y lo cotidiano y repetitivo será pasto de las llamas.
Cuidaremos de nosotros mismos
con mimo y siendo delicados en exceso.
Seremos vástagos e irreverentes
y nos rebelaremos contra el hambre y la injusticia de lo inhumano.
Pediremos pan para llevarnos a la boca
pero también
pediremos amor para saciar el hambre del alma.

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