Tan importante es aparecer
tanto como darse por desaparecido.
Tan importante es difuminarse en el aire fresco de la mañana,
que levantarse de madrugada
y decirse uno a si mismo:
si esto sigue así de mal
me tendré que evaporar,
me haré gota en el cristal de la ventana,
mis dedos serán átomos de agua
y de mi cerebro saldrán riachuelos
que poco a poco desbordarán
mis ganas de llorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario