EL MÉTODO DEL HACHAZO

 Después de mi contundente comienzo en el día de hoy, voy a ser aún más pragmático y voy a ir directamente al huevo, digo al grano, tal y como decía una antigua amiga, directa y al grano y dicho esto, todo dios se debía poner a temblar. El problema de éstas frases tan sólidas, contundentes y absolutistas, es que empiezas demasiado arriba y después te ves obligado a mantener ese super nivel de contundencia. En cambio, si vas in crescendo y empiezas desde más abajo, ya es otro cantar, puedes empezar suave y poco a poco vas aumentando tu lado y tono más contundente (que para algunos, como yo, puede resultar hasta ser agresivo. Aunque de cada vez lo sea menos). Ésta forma de empezar tan directa, es el comienzo ideal para las frases cortas. Directo y al grano y además te vas a la mierda y cierra la puerta cuando te vayas y no des un portazo.

O también si eres un crack de la clarividencia y después de decir eso, desglosas y descarnas las palabras con una brillantez bestial. Yo, como no soy un crack en éste tema, pues me pasa que tengo días claros y otros oscuros y además que me expreso mejor escribiendo que hablando. Hablando me faltan las palabras y me entran lapsus y doy vueltas y más vueltas a lo que ya tengo más que claro y porque siempre voy por delante de mis propias palabras. Pero yo lo tengo claro en mi mente y el escribir me ayuda a ordenar mucho mejor mis ideas.

Aunque también hay el método del "hachazo", que consiste en olvidarte del directo y al grano y espetarle a la cara del contrario, que es un hijo de puta y sin más preámbulos, ni más historias. Pasas directamente al insulto. Efectividad al máximo, contundencia de sobresaliente o matrícula,  y corres el peligro de que te caiga una hostia que te cagas, pero todo lo bueno, tiene su riesgo. Y además no se te puede decir que no seas claro de clarividencia y más claro que el agua y más claro que un claro del bosque y valga la redundancia.




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JULIO CORTÁZAR