Más vale andarse con cuidado, los enemigos se disfrazan de personas humanas y hasta parecen compañeros, colegas, amigos y jefes. El enemigo es todo aquél que intenta de alguna manera joderte la vida y todo porque piensas en diferente y no en diferido. Todo aquél que se sale del carril y lo pregona a los cuatro vientos, es potencialmente su objetivo diana al que hay que destruir (piensan ellos). Yo soy uno y hay muchos otros como yo y todos tenemos en común eso, que no nos gusta el actual orden mundial de las cosas. No nos gusta como funciona la cosa, no nos gusta el orden por el orden y el porqué aquí mando yo y por mis santos cojones y porque en definitiva, no nos gusta ser borregos de nadie y no queremos que hablen por nosotros y ni siquiera queremos que nos mencionen.
Que me pidan mi opinión y yo se la daré con sumo gusto, pero claro, mis palabras hacen daño y siembran el desconcierto entre los "compañeros" que se disfrazan de trabajadores y hacen que conviven con nosotros. Y ahora, poniéndome en su caso (el del jefe) y me visto con su traje de nazi redomado, lo último que se me ocurriría, sería dejar hablar a los que voy a matar próximamente (metafóricamente hablando). Pues así es el enemigo, por dentro tiene odio y desprecio y los peores y más siniestros pensamientos y entre ellos está, el desearte la muerte y después, acudir a tu funeral y como jefe que fue en vida y para más recochineo, te dedicará unas últimas palabras. Por eso dentro de su alma inmunda, llevan una calavera cruzada por una esvástica. Como los legionarios, ellos adoran la muerte, pero sobre todo, si es la ajena o la de sus subalternos.
Yo en mi curre tengo a un nazi de esos y él se cree el imprescindible del mundo mundial. Y la prepotencia y el que todo lo sabe y además eleva el tono para ponerse en el púlpito y muy encima de tí y tú tienes que ser el imbécil que le adore y que le diga a todo que sí a la voz de tu amo y señor. Tiene todos los ingredientes nazis: no escucha, no oye, grita como un poseído, pierde los nervios y la compostura al mínimo contratiempo y lo paga con el más débil (así es como lo dice su ideología nazi), tiene una prepotencia y autosuficiencia desbordante, te mira como si fueras un gusano o una larva asquerosa y a la que hay que pisar, te falta al respeto y claro, todos estos ingredientes le dan rango y por tanto y en consecuencia, lo colocan como un gran jefe nazi. Lo ponen de jefe y ahora que estamos en tiempos en que no sale el sol (porque son tiempos oscuros y negros), porque como él hay muchos por encima de nosotros y todos juntos forman una especie de capa de ozono y por ahí no pueden pasar los rayos del sol. Son tiempos oscurantistas y de adoración a la muerte. ¡Vade retro Satanás!.
Esto pensaba en el año 2.014 y ahora que han pasado nada y nada menos, que 8 años (estamos en el 2.022)...pues el resultado final ha sido el siguiente:
Mi jefe nazi, cayó del pedestal en que se encontraba hace 8 años y ahora, tiene el mismo rango que yo. O sea, es currante médico de emergencias y todo terreno. Ya lo decía yo, ¡cuanto más subes más tendrás que bajar!.
Y ahora, que estamos en el año 2.024, sé que el menda del que hablo sigue currando aunque algo he oído que está muchas veces de baja y por tanto y en consecuencia, hasta los más nazis se caen de su puto pedestal.

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