A veces me obsesiono con una idea


 Llevo la vida cotidiana entre ceja y ceja,

la tengo en la diana 

a la cual siempre disparo.

A veces me obsesiono con una idea,

que hago única y solitaria

que me enternece conforme pasa el día

que me adormece después de comer

y que cuando el atardecer se hace presente,

me doy cuenta que otro día ha pasado.

Lo cotidiano me asusta

me parece tan fácil ser cotidiano

y tan difícil ser original y rompedor de ideas

que a veces, me incomodo, 

me molesto a propósito,

me siento de cabeza

hago el pino sin manos y pies

me clavo agujas en mi cerebro

y todo, 

por sentirme incómodo,

molesto, cabreado y enfurecido

y entonces, brota una nueva idea

y no será única ni será fija

será flexible, será espontánea,

y será bella a más no poder.




















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JULIO CORTÁZAR