Son terribles las palabras suspendidas de un hilo invisible
que si tiras de él,
sale todo lo que tenías guardado
sale lo malo, lo bueno, lo indiferente
lo que no tiene nombre ni calificativo
lo que hiere y lo que mata
aquella conversación inacabada
nuestra despedida bañada en lágrimas
y bajo la lluvia de aquella mañana
nada se parece a lo que realmente fue,
ni los hechos, ni los testigos,
ni los árboles,
ni el barco,
ni el puente que había a lo lejos
ni todas nuestras promesas que el viento se llevó con él
nos acabaron dando la razón en nada.
Cuando las palabras no funcionan
quedan aquellos sentimientos que fueron reales
pero que al final se convirtieron en juguetes rotos.
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