Eso de dar vueltas y más vueltas sobre mi mismo
marea mis sentidos y por ello
entro en un estado de aturdimiento,
y por eso a veces,
tengo zumbidos interiores
que salen de la profundidad de mis adentros
y que recorren mi cuerpo
como moscas voladoras.
Yo doy demasiadas vueltas a las cosas
y debía ser más austero y menos quisquilloso
y si algo duele, que duela
y si aún así, sigue doliendo
pues para eso está el olvido
porque si te olvidas del dolor
tarde o temprano ese dolor acabará pasando,
aunque hay que reconocer
que hay dolores inhumanos e insondables
dolores cancerígenos
que son el grado más alto de una tortura.

No hay comentarios:
Publicar un comentario