Yo me imaginaba un mundo muy distinto
y por eso de niño pensaba...
que siempre seríamos niños
y que con el paso de los años
la tarde iba a ser de cada vez más hermosa
que las playas de mi infancia
que eran bellas y salvajes
serían olvidadas en un rincón de mi memoria
y porque pensaba que me faltaba por conocer
un millón de playas.
Y creo que me equivoqué
y porque el resultado final
es que no hubo playas mejores...
que las playas de mi infancia.
Añoro el olor a brea de las barcas
y el olor profundo y sólido de las algas atlánticas
o el aroma de los pinares
y la belleza de aquella arena fina y blanca.

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