HAY OLVIDOS

 

Estoy olvidando lo que puedo.
En realidad
tengo agujeros negros dentro de mi pequeño cerebro.
Olvido
pero no tanto.
Olvido
pero hay olvidos
que te retuercen los intestinos
y hasta te levantan las cejas...
y porque no dejan cerrar los ojos.
Hay olvidos
que son de otro mundo
y cuando se disparan a su máxima potencia
te atraviesan el hígado
te revientan el estómago
y hasta que entran en bucle infinito.
Hay olvidos
que no son fáciles de olvidar.
Los llevas a cuestas
como una cruz que por la vida debes de arrastrar.
Y no hay consuelo
ni hombro en el que te puedas apoyar.


















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JULIO CORTÁZAR