Estábamos tan llenos de vida



Estábamos tan llenos de vida

que la vida se nos caía de las manos

y nosotros, ni lo sabíamos.

Nos creíamos seres invencibles,

inmortales o dotados con siete vidas

en un mundo donde no existía la muerte

y así nos fue...

fuimos derrochando vida por todos los rincones

aullando en las noches de plenilunio

haciendo el amor sobre la arena mojada

riéndonos hasta de nuestra propia sombra

creyéndonos pequeños dioses todo poderosos

con cara humana y cuerpo de ángel,

la debilidad, era para otros

las dudas eran para el que disfrutaba con sus propias dudas 

y nuestro máximo placer

era ir a ver el rayo verde de una puesta del sol.

En fin

esa era nuestra vida

llenar el alma hasta que rebosara

jugar en la orilla del mar

y hasta caer extenuados

y pensar que todo aquello era nuestro

y que solo estábamos en el punto de salida

quedaba por delante la supervivencia en el desierto

las cúspides, las olas, el miedo y el silencio.












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JULIO CORTÁZAR