No, no...
no podía soportar
que aquella vieja canción
que antes tanto me gustaba
volviera a sonar dentro de mi cabeza.
Y porque toda canción
tiene sus propios recuerdos
y a veces alguno de ellos
se te hace insoportable
y aquella preciosa canción de U2
que sonaba en la radio de mi coche,
se convirtió en una visión de tu cara
y en la sonrisa de una oscura hiena
a la que le gustaba el olor de mi carne caduca
y entonces entendí todo tu silencio
mientras la brisa entraba por la ventana
y U2 sonaba como si fuera la marcha fúnebre
y eso fue
y fue una idea anticipada,
una premonición que funcionaba a su antojo,
una idea más entre mis ideas más raras
y fue cuando me di cuenta
que lo tuyo y lo mío
era un espejismo más que tuve en mi vida.

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