Dicen que los números lo dicen todo
aunque yo no estoy muy de acuerdo
los números te dan datos numéricos
y eso a veces, es de agradecer o no
pero a los números les falta algo,
les falta el alma, el ánimo
y las ganas por vivir
y por eso son números
y no son otra cosa.
La vitalidad que tiene uno
no se mide en números
ni en proporciones
ni en tantos por ciento
ni con ecuaciones matemáticas
y a lo mejor si se mide
en estados de ánimo
en los que básicamente hay tres grados,
primer grado...ánimo alto,
segundo grado...ánimo medio o mediano
y tercer grado...ánimo bajo
y después pueden venir los añadidos
y hoy me siento por las nubes y mi ánimo es un cohete
o estoy anodino, amorfo y me siento como de corcho
o siento que vivo en las cloacas del mundo
o en los subterráneos o bajo tierra escondido y sin poder levantar cabeza
y salir del agujero.
Son mediciones aproximadas
y desde luego lo que no son...son números exactos.
Los únicos números que tiene el vivir
son el paso de los días, meses y años
y a veces te sientes pletórico de ánimo
y miras una foto con una fecha de hace años
y que siempre son más de los que estás pensando
y por casualidad vas a mirar tu careto al espejo
y entonces es cuando te das cuenta que han pasado 30 años
ý eso tiene fecha con números muy concretos
y ahí, si que los números no perdonan.

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