Hoy, ya es día 6 de Julio y porque son la 1,20 de la mañana y eso para mi es trasnochar. Me he pasado de hora y me alegro y mucho que eso llame mi atención, Tampoco es que me guste madrugar y lo mío es levantarse a las 9 de la mañana y acostarse un poco antes de las 12 de la noche. Y así funciona mi día a día y en esa sucesión del paso de días y noches, es por donde encuentro mi equilibrio. Yo sé y me imagino que la vida tiene diversas etapas y cada etapa tiene su historia propia y que por eso es diferente a las otras etapas. Y ahora estoy en etapa de viejo, pero además en etapa de viejo jubilado y podía dedicarme a coger buenos pelotazos de buena mañana, pero pasa una cosa, que los grandes pelotazos ya no me ponen y más bien me pasa lo contrario, me deprimen y me dejan hecho polvo. O también podría pasear a primera o a última hora del día y de paso ir echando una ojeada a las nuevas obras de mi pueblo y así hacerle el pertinente seguimiento que en teoría corresponde a esta etapa de mi vida. Pero yo no soy muy de obras o de pasear a primera o última hora y prefiero mantener mi cuerpo en un estado digamos que poético, pero siempre acompañado de dos o tres sesiones semanales de gimnasio y otras tanto de jugar la pádel. Los deportes de raqueta me encantan y siempre me han encantado y de pequeño, mi sueño preferido era verme jugando al tenis o al frontón o al ping pong. Y en parte eso hice, pero todo tema que te guste y que además, te entusiasma, necesita mucha dedicación. Y yo no se la pude dar al cien por cien y porque en mi cabeza empezó a entrar la idea de la revolución pendiente y eso requiere una dedicación aún mayor. por tanto, hay veces en ésta vida en que las cosas chocan entre ellas y te obligan a tener que escoger. Y yo escogí el tema de la revolución pendiente y porque de aquellas pensaba, que se podía cambiar el mundo. Y me metí a fondo en ese tema y milité como si se me fuera la vida en ello y le tuve que conceder muchísimo tiempo y leer todos los engrudos y libros que hablaban de la revolución y correr muchos riesgos y pasar un inmenso miedo y que me torturaran y encarcelaran. Pasé por todas las fases de la persona que militó contra viento y marea y también viví mis horas más bajas y porque todo aquello por lo que había luchado se derrumbó como un castillo de naipes y durante una época, no sabía lo que hacer.
Fue una época muy dura, estaba descolocado y desmotivado y con nosecuantas asignaturas pendientes y menos mal que entre otras cosa, me dio por resolver el asunto de las asignaturas pendientes y me puse a estudiar como loco poseído y hasta casi acabar la carrera. Pero me faltaba un suspiro por acabarla definitivamente y cuando lo tuve a mi alcance, me volví a derrumbar como un castillo de naipes y así en otro etapa de mi vida. Ahora sin fe en lo que hacía, sin demasiada esperanza y porque pensaba que el futuro no existía y la noche con todas sus tentaciones se me presentó por primera vez y me enganché a la noche y con todos sus peores vicios y las drogas empezaron a llamar a mi puerta y les abrí la puerta y vinieron años oscuros que ahora me hubiera gustado, que nunca hubieran existido. Un par de años perdidos entre la jungla de las drogas y de la noche y ahí pude comprobar que la noche era una verdadera mierda y que las drogas eran demasiado peligrosas como para jugar con ellas. Pasaron esos dos años siniestros y de nuevo se me encendieron las luces para por fin, acabar la carrera. Y ésta vez lo hice y lo hice con muchas ganas. Pero la noche seguía persistiendo dentro de la oscuridad de mi mente y me hice drogadicto y borracho de fin de semana. Estudiaba o trabajaba durante la semana y el fin de semana me despachaba sin control ninguno. Era algo incongruente, pero como mi mente estaba descontrolada, yo mismo admitía que así debía de ser la vida
Más tarde comprendí que la vida no era así y porque había muchísimas cosas más por las que debía vivir. Y entonces el descontrol del fin de semana, se fue desdibujando dentro de mi diezmado cerebro. Volví a recoger algunas causas que había dejado tiradas por el camino, por otras me enfrenté de nuevo a aquellos señores que les gustaba tanto el ordeno y mando y recapacité y mucho sobre mis viejos principios y por tanto fui dejando de lado todo lo que me sobraba y me sobraba todo lo burocrático, todo lo que hablara de militancia y partido y me volví afianzar en lucha por una sociedad más igualitaria donde no existiera la explotación de los unos sobre los otros y me refirmé en mi no a las armas y a las guerras y en que se puede llegar a ser alguien sin tener que machacar a nadie. Y en esas, seguimos estando ahora.

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