FANTASMAS Y SOMBRAS


 No soy persona de creer en los fantasmas

digo, en los fantasmas verdaderos

no los que van de fantasmas por la vida

y que para nuestra desgracia,

estos si existen en exceso de número y de cantidad.

Pero si creo en mis propios fantasmas

esos que andan por las paredes y techos de mi casa

y que cuando se enfadan

me gritan todos al unísono

y que no paran hasta que yo me entere. 

Son mis queridos fantasmas de andar por casa,

en sus días malos y peores

siento como aceleran sus latidos

y me dicen cosas que no me gusta trasmitir.

Me llaman de todo,

me ponen de vuelta y media

y hasta me ponen del revés

y diga lo que diga

ellos me ponen a parir

y en sus mejores días

juegan con las telarañas que cuelgan del techo

y se asombran de mis sombras

o de mis negras sombras

de esa mismas que a lo largo de mi vida

y poco a poco y con mucho tiento

me fui desprendiendo.















 No soy persona de creer en los fantasmas

digo, en los fantasmas verdaderos

no los que van de fantasmas por la vida

y que para nuestra desgracia,

estos si existen en exceso de número y de cantidad.

Pero si creo en mis propios fantasmas

esos que andan por las paredes y techos de mi casa

y que cuando se enfadan

me gritan todos al unísono

y que no paran hasta que yo me entere. 

Son mis queridos fantasmas de andar por casa,

en sus días malos y peores

siento como aceleran sus latidos

y me dicen cosas que no me gusta trasmitir.

Me llaman de todo,

me ponen de vuelta y media

y hasta me ponen del revés

y diga lo que diga

ellos me ponen a parir

y en sus mejores días

juegan con las telarañas que cuelgan del techo

y se asombran de mis sombras

o de mis negras sombras

de esa mismas que a lo largo de mi vida

y poco a poco y con mucho tiento

me fui desprendiendo.

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JULIO CORTÁZAR