Querida vida:
he llegado hasta aquí
pero ahora y en éste momento, tampoco soy menos.
En fin,
soy un ser evolucionado
que se ha ido avejentando con el paso de los años
y como corresponde a nuestra condición de ser humano.
Por el camino
he tropezado un montón de veces
con la misma piedra
pero en casi todas
me he levantado de nuevo.
He sufrido
con la nostalgia
de aquellas hermosas noches de verano
y con la venganza que a veces se ha entretenido conmigo,
y ella me puso un cuchillo entre los dientes.
He sacrificado cosas
he luchado hasta desfallecer y dejarme la piel,
he comido uvas, moras y ciruelas
he caminado por los más estrechos senderos
que bordearon mi vida
y hasta he aterrizado sobre campos de amapolas.
He visto el despertar de cada día
y ahora toca sentir el latir de cada noche.
El próximo viaje empieza aquí
y estoy seguro que el viaje
será el fin,
la causa y el motivo por el que escribí este poema.

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