Cada día
me parezco más a mí.
Lo pienso, yo
lo piensa mi comité de expertos
y hasta lo piensan mis peores enemigos.
Yo no soy de andar sobre aguas sedadas y tranquilas
ni de soñar cosas aparentes y sin importancia,
lo mío se clava y se introduce
como un cuerpo extraño en el ojo ajeno....
mis esquirlas son de plata oxidada
y mis miedos son de frío acero.
Pero tengo grandes alegrías
y risas que contagian
hasta al mayor de los incrédulos.
No sirvo de ejemplo para nada,
soy la antítesis del héroe
y soy tan gallego como africano
y no tengo patria ni bandera
en fin,
soy un apátrida
que salta de un sitio a otro
y que monta su circo
en un descampado
de cualquier ciudad
y por supuesto,
donde me den mejor de comer
y donde me dejen vivir en paz y armonía.

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