Pues en un plis plas hemos pasado del sábado día 9 al día 10 de Agosto. Y en esa breve transción no ha pasado nada destacable. La luna sigue en sus trece y de moento sigue en su apogeo y mañana empezará menguar cuando emepieza amenguar la luna, ya voy menguado con ella. No sé como decirlo, yo soy un lunático y lo he sido desde siempre o desde que tengo conciencia de ello y que debió ocurrir alrededor de los 5 o 6 años. Sobre esa época, aunque no me acuerdo de la noche en concreto y del mes en que me fijé por primera vez en el poder que sobre mí ejercía ese astro. Me supongo que sería en verano y con las ventanas abiertas de mi habitación y porque al llegar la noche, me gustaba abrir las ventanas y difrutar de la vista y como en verano estábamos veraneando en la aldea, no habia o había muy poca contaminación lumínica y podías ver el cielo plagado de estrellas y hasta no parabas de pedir deseos y por tantas estrellas fugaces que veías pasar. Desde aquella hermosa ventada se podía oír el viejo rugido de mar hasta te dedicabas a imaginar, como rompería esa ola sobre la arena mojada. Con las islas Cíes a lo lejos, con la luz de algún faro parpadeante que indicaban que allí estaban aquellas hermosas islas y que a mí me parecían unas islas de otro mundo y que un día aterrizaron en mi querida ría de Vigo.
Según el viento, podía parecer que estabas en el mismo borde la playa o podía parecer que estabas más lejos de lo que realmente estabas. Y una de esas noches claras, me fijé que la luna estaba llena y que yo notaba toda su potencia lumínica y su influencia en mi ánimo y que normalmente me elevaba el ánimo de tal manera, que me sentía como un lobo aullando a la luz de la luna. Y mas tarde y mucho después, me enteré que la Luna llena, junto con la Luna nueva, provoca mareas más altas y más bajas de lo normal, conocidas como mareas vivas o de sicigia. Esto se debe a que, durante estas fases lunares, la Tierra, la Luna y el Sol se alinean, y sus fuerzas gravitacionales combinadas tiran del agua de los océanos con mayor intensidad.
Pues creo que yo noté por primera vez ese efecto y sentí como la Luna llena tirabatambién de mí. Y ahora y hace bastantes años me convertí en un buscador de Lunasllenas, aunque tengo que reconocer que me gustan más cuando se me aparecen derepente y en plan sorpresa y porque así me impresionan mucho más y porque lo considero como el mejor regalo que los dioses me están haciendo. Unos adoran al Sol y otros adoramos a la Luna y sólo se puede adorar a uno de los dos y porque la Luna y Sol son completamente incompatibles y por eso no se puede adorar a los dos a la vez y al mismo tiempo. O te haces Lunático o te haces adorador del Sol. En la mitología de muchas culturas el Sol era un dios; fue venerado a lo largo de la Historia en muchas civilizaciones, como egipcia, la mesopotámica, la mexicana, la incaica, la china, la japonesa, la griega o en religiones como la hinduista. Varios pueblos antiguos adoraron a la luna como una deidad o entidad importante en sus mitologías y sistemas religiosos. Entre ellos se encuentran los Muiscas, que la llaban Chía, los Mayas con la diosa Ixchel, los Otomíes, que la veneraban como la Madre Vieja y los Babilónicos con el dios lunar Sin.

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