Y ahora mismo son las 2 de la tarde del día 10 de agosto y sin darme cuenta estamos en el mismo día que ayer y porque me acosté a las 6 de la mañana ypor tsnto, segimos instalados en el día 10 de agosto. Y a estas alturas del verano, ya podría estar muerto y morido, aunque y siceramente lo digo, no me gusta y para nada, morir producto de una puta ola de calor. Y se le encontró tirado en el suelo de su casa y producto dela olar de calor que está haciendo se descompuso antes de tiempo y cuando se la abrió la boca, salió de allí todo un enjambre de moscas verdes y negras. El cadáver ya olía un poquito y estaba más rígido que una momia egipcia. Y descanse en paz, éste médico que ejerció en ésta isla durante 20 años. Y yo digo, ¿ya pasaron 20 años? y de mi trabajo me quedo con cuatro cosas y media y poco más, el resto ha sido como una especie de tiempo muerto invertido en andar montado en una UVI móvil y en un avión y en un helicóptero y que lo hica tantas veces, que podría subirme al avión y con una venda en los ojos y despegar y aterrizar sin tener ningún problema. Lo de la UVI móvil tuvo sus cosas y no todas fueron buenas, pero tampoco todas fueron malas, aunque en estos últimos 8 años, podría sacar la conclusión de que lo que menos me gustaban eran los accidentes de coches o de motos y el tema de los atropellos. Supongo que hay una edad para todo y cuando eras más jovencito lo más apasionante que te podía pasar, era tener un inmenso accidente de tráfico, con múltiples víctimas, aunque al final de todo esto, todo dios se salvaba y porque tú y tu equipo lo habíamos hecho muy bien y así nos íbamos para casa todos contentos. Lo bueno de éste trabajo de emergencias médicas, era que atendías a los pacientes como mejor podías y posteriormente te enterabas cual fue su evolución, pero te enterabas indirectamente y a través de terceras personas. Lo que quiero yo decir, es que eran verdaderas excepciones las veces en que te volvías a encontrar con esa misma persona y eso yo, lo agradecí un huevo y porque no tuve que aguantar todas sus penas posteriores y no era porque yo fuera un malvado sin escrúpulos y era más porque yo me cansaba y antes de tiempo, de sus malos rollos posteriores. De alguna forma, ya quería ser una especie de mecánico que se había propuesto arreglar coches y en éste caso, eran personas que sí que quería que mejoraran, pero esa parte de ese proceso, era una misión para otros.
Yo, con el paso del tiempo me volví demasiado pragmático y eso te hace entrar en querer resolverlo todo al minuto. Yo cuidaba al paciente con toda mi paciencia y con todo mi esmero, pero al mismo tiempo sabía que iba a tener al paciente conmigo media hora o como mucho una hora o dos horas en los peores casos y todo eso me convirtió en un ser profundamente pragmático y quería hechos y resultados pero en modo casi inmediato y para sí poder actuar de la misma forma, rápidamente y sin más aplazamientos y me acostumbré de tal manera a eso, que aún ahora, tengo esas prisas incrustadas en mi propio cuerpo. Y la medicina no es eso y porque la medicina es un todo que se compone de muchas pequeñas partes. Yo en mis anteriores tiempos, hablo como 35 años, era un tío paciente que servía para saber escuchar a sus pacientes y para apoyarlos en el proceso en el que estaban metidos y seguía su evolución como mejor podía. Y hasta que un día tuve una explosión dentro de mí y entonces me dije a mi mismo tengo que cambiar mi estrategia y porque así voy a reventar cualquier día de estos y porque aquél placer que al principio tenía con cualquier paciente que necesitara mi apoyo médico, de repente y sin saber porqué, algo cambio dentro de mi cabeza (aunque supongo que mucha culpa del problema, estaba muy relacionada con el coñazo de tener que oír una buena parte de su vida y que se desviaba demasiado del tema problema) y porque al final, no hay forma de escapar de que te cuenten todas sus miserias humanas y además ¿qué podías hacer tú con todas sus contradiciones humanas, vitales y personales?.
A algunos y juro que lo pensaba, lo que tenía que haberles dicho era que se buscara un precipicio con una altura que asegurara su muerte o que se fuera a Mallorca a practicar balconing o que se fuera al cura de la parroquia a confesarse y así limpiar y aunque fuera un poco, su penosa vida. Y porque como decirlo, yo no soy cura de nadie, ni tengo antecedentes penales que pesen sobre mi conciencia, ni soy el pañuelo de nadie, ni sé ni quiero aprender a consolar a nadie y mi único apoyo que puedo dar es ofrecer mi hombro y para que esa persona tenga donde poder apoyar su cabeza, pero mi arsenal es muy relativo y es muy comedido y no tengo el poder de hacer milagros y porque todo esto que estoy diciendo pudiera servir para algo, tendría que empezar por el principio y habría que cambiar casi todo de su mente enferma y a veces, podrida. Habría que ser verdaderamente sinceros, autocríticos hasta el fondo, amables con sus congéneres, empáticos con los que le rodean y sobre todo y por encima de todo, saber amar a quién se lo merece y él que no sepa apreciar ese verdadero amor, es que simplemente, no se lo merece.

No hay comentarios:
Publicar un comentario