Pende el verso en elixir
gota que se semilla
porque la vida viene a seguirse
y hay cuerpos hechos para su lumbre
y veo la cabeza del perro
en ese lienzo
colgado en la sala del Prado
y pienso en mi cabeza
y veo su ojo pequeño
donde sólo se percibe el sol
y el filo que atraviesa en vertical
el perro se escapa de la tela
y me roza los dedos
como ciervo en sitial
y lo sigo a la calle perseguida
por voces distantes
que me apremian a buscar
y voy pisando lo sombrío
y preguntando por ellos
ellos
los que no regresaron
(ni uno regresó)
y jadea el perro
y su hambre
y su pelaje amarillo relumbra
en la salvaje planicie de los cactos.

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