ESA NOCHE
A tú paso, al paso que tú marcas,
va quedando una ligera brisa,
un suave aroma ajazmínado,
y un deje del sabor lascivo de tú boca.
En mi cama ha quedado,
tú huella sobre mi almohada,
tús risas entre los pliegues de mis sábanas,
y sobre la mesilla un trozo de manzana.
Yo de esa noche no me arrepiento de nada,
tampoco me acuerdo de todo,
quizá sólo me acuerdo de lo que yo quiero,
y entre los recuerdos que me asaltan,
siempre me veo entre tús brazos,
con tú boca pegada a mi oído,
y yo oigo tús respirciones dormidas,
y como una mecha de tú cabello, me hace cosquillas.
Ahora ya pasados tres días,
el tiempo suficiente para que tú esencia desaparezca,
yo me vuelvo a interrogar sobre esa noche,
y ahora sé, que lo vivido ha quedado en mi memoria,
se ha grabado en letras de oro y plata,
y que el recuerdo de esa noche, se queda impregnado en mi pituitaria.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario