LA ITV DE LA MENTE (Reflexión profundísima)

Ciutadella de Menorca. Lista para comérsela.
Resulta que yo pensaba que el mundo era redondo y que vá, el mundo es cuadrado, pero cuadrado, cuadrado.  Si vas caminando tranquilamente por un cara y vas pensando que estás dando vueltas al mundo en redondo y de repente, ¡zas!, delante de tí un precipicio o sea la otra cara del cuadrado, pues menuda hostia te metes. Y así es la vida, vas bien y tan tranquilo y a la vuelta de una esquina te espera una sorpresa. Ahora bien sin éstas hostias uno no espabila, es más se acomoda a la buena vida. Supongo que mi cabeza también será cuadrada, ya no por fuera, pues es evidente que no, pero por dentro sí lo debe ser, pues los estados del ánimo también funcionan a trompicones. estás cojonudamente y de repente y sin una causa clara y que lo justifique, vas y cambias de sentido. En cambio en otras ya puede caer el cielo sobre la tierra, que no hay quíen te cambie el ánimo.

                        Los estados del ánimo, menuda historia inexplicable. Pues, ¿quién determina ese estado?, ¿de que depende?, y ¿donde está su chip?. Cuantas preguntas para el mismo resultado y yo que sé donde están, ni de que dependen ni gaitas benditas. A veces una simple tontería te hace desplomarte y resulta que después te das cuenta, que esa tontería era sólo el detonante de todo lo que llevabas encima. Y ¿porqué uno acumula cosas? y ¿porqué no las suelta o las libera?. No sé, debe ser porque somos humanos y por tanto seres limitados y mucho de nuestro aprendizaje es tipo conductista. O sea que aprendes a no tocar un cable porque si no te quedas tieso y pegado al cable, pero no te preguntas mucho más. O sea el porqué se produce esa descarga y te hace bailar como un condenado en la silla eléctrica. Estamos bien hechos, pero nos falta algún tornillo o la caja de cambios no funciona como toca, pues al fin y al cabo la caja de cambios es equiparable a nivel humano, a la caja de los estados del ánimo. A lo mejor es simplemente eso, que nos falla la mecánica del coche y lo que necesitamos es pasar de vez en cuando por la ITV de la mente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR