INMADURO y MADURO

                Ahora va a empezar el partido, ya son las 11 menos 10 o sea que igual a 1. No pude aguanterme de escribir esa tontería, pues es superior a mí, la tontería me encanta. Pero no es de ahora, es de siempre y de toda la vida y por eso siempre me gustó relacionarme más con los niños que con los adultos y más si entre los niños estaban mis hijos. Pues estando con niños no me corto y hablo de pedos, caca y de pis y si los niños ya tiene más años, pues hablo de tías y chavalas y demás temas propios de su edad y de la mía,  porque vamos a ver, acaso no empezamos de pequeños a hablar de culos y de cacas y más adelante de sexo y derivados y ya a partir de ahí el tema gira sobre lo mismo, sexo y más sexo y ya es eso, sexo hasta el resto de tus días. Sólo que sexo adaptado a cada edad, logicamente. Hay quién dice que no, que hay otros temas importantes en la vida: la amistad,  el trabajo, el amor y las relaciones con los hijos y yo digo que ambas cosas o sea doy una respuesta salomónica, como corresponde a una persona ponderada y madura, como soy ahora y es verdad que ambas cosas no son contradictorias y que se complementan entre ellas, pero que hay una sóla cosa que siempre está presente en todas las épocas y edades y es el sexo.

                                   Bueno pues enlazando con el principio. Yo con los niños soy el más niño de todos y eso me gusta y me entusiasma. Claro que ahora lo veo así y no le doy más importancia que la que tiene, pero en otros tiempos me comía el coco y todo porque pensaba, que era un signo de infantilismo o de falta de madurez y hasta me lo dijo algún psiquiatra: tú no eres capaz de relacionarte con los adultos porque eres un inmaduro de mierda, más o menos decían eso, aunque las palabras fueran otras o sea más suaves y adornadas, pero la esencia era esa. Bueno pues hoy, pienso que sí que soy un inmaduro y lo seré siempre y mientras la madurez sea un reflejo de la gilipollez y se base en lo de siempre: en conversaciones estúpidas, en palabras vacías, en falsedad y en imbecilidades, pues eso, si es así no cambiaré nunca. Si no fuera así y por suerte eso pasa a veces, yo no me vería obligado a aliarme con los niños, aunque también lo matizo, pues en el viña del señor hay de todo y yo tuve momentos en mi vida de infantilismo o de inmadurez galopante y todo por ser un cobarde de mierda. Así y como siempre, hay un poco de todo, hay momentos de inmadurez como los hay de madurez, pero eso le pasa a todos los mortales, por lo menos a todos los que yo conozco. Salvo, claro está, si hablamos de Nicolás Maduro, que es el más maduro de todos los mortales y por eso se le aparecía Chavez en forma de pajarito y le contaba sus cuitas y preocupaciones bolivarianas. ¡Viva Nicolás Maduro!.

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JULIO CORTÁZAR