GAFES

Indiana Wells, partido entre Djokovic y Federer, ¡qué pasada!. Menudas máquinas de jugar al tenis. Bueno como siempre yo voy con el que va perdiendo, con Federer. Y no sé porqué y tampoco me importa, pues eso es algo que sale de dentro y cuando es así, uno apoya al que le da la gana. Pero señores aún hay milagros y mientras escribía esto y ya daba por perdido el partido, pues ganaba Djokovic en el último set por 5 a 3, va  Federer y empieza a remontar y ahora va ganando 6 a 5. Pero al final, pierde. No sé pero a veces Federer me da la sensación de que pasa y supongo que será por esos gestos de desidia que manifiesta.

No sé si a vosotros, pero a mi pasa a veces, que si voy con alguien me siento gafe. Es decir, que si lo sigo viendo pierde y si lo dejo de ver, pues remonta. Gafes habelos hainos. Tengo un compañero que cuando está de vuelo o de traslado aéreo, siempre le toca volar y no una, sino dos o más veces. y yo soy testigo de ello, pues es enfermero y a veces le toca esas guardias conmigo. Y juro por mis muertos, que cuando está él, toca volar. Y esa es una verdad irrefutable y quién me diga que eso es una tontería, le demostraré con números y cifras que tengo razón. Las cosas se demuestran con datos y yo esos datos los tengo. Yo creo que no hay gafes hasta que aparece uno y entonces cambian las tornas.

Y era el Carlos Sainz  y gran campeón de rallyes y tiene fama de gafe. Y todo lo que ganó, lo gano en sus primeros tiempos, después le ha pasado que no gana nada pero casi y el coche se le jode a varios metros de la meta o se queda sin gasolina o tiene un pinchazo o simplemente tiene un gafe de cagarse. Y eso es no ser gafe y entonces ¿qué es?, ¿es mala suerte?. Pero la mala suerte se tiene una o dos veces y no 25 y ahí, es donde hay un salto, en el número de veces de mala suerte y eso en mi idioma, se llama ser un GAFE.

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