A veces y de vez en cuando, una idea te produce una descarga o una sacudida. Y entonces esa idea se transforma en un pensamiento fugaz, entró pero ya salió. Claro que eso te deja una sensación, sensación que a veces coges por su último hilo, pero en otras solo te deja la sensación, la sensación de que ya pasó. Dicen que esas descargas producen cicatrices, minúsculas cicatrices que el ojo humano no alcanza a ver. Y supongo que será así, pues esos pensamientos tan agudos y tan afilados, tienen que dejar una señal física, tal como es una cicatriz.Claro que las veces que coges a esas ideas por el rabo te producen una profunda y tremenda satisfacción. La has pillado y eso no ocurre todos los días. Es como los sueños, pues la mayoría se escapan por las rendijas de la memoria y no se dejan atrapar. Ahora cuando pillas uno, es como sentirse y por un instante, el dueño y rey de la Tierra. El poder de cazar un sueño es tan grande e inmenso, que durante ese momento te consideras con el mismo poder de los dioses. Atrapar un sueño y sacarlo de su mundo y meterlo en tu mundo consciente, eso sí, eso sí que es tener poder.
Supongo que las ideas y los sueños circulan por la misma autopista, solo que unas lo hacen en pleno día y las otras a través de la luz de la noche. Las dos tienen en común que son rápidas y veloces y que tienen, además, sus propias normas de circulación. No les gusta lo consciente, lo predeterminado, lo encasillado o lo encorsetado, pues a ellas les va más la intuición. Es otra lógica y es otra forma de pensar. Y miedos tienen pocos, miedo ¿a qué?, pues sin normas no hay miedo y sin límites no hay precaución y todo es conducción rápida y cuanta más rápida, pues mejor.La velocidad de una idea o de un sueño es algo tan inalcanzable que resulta irreal. Pues yo, como ser humano, lento de por sí y cauto por ser persona, puedo intentar llegar a esa velocidad, si en realidad no llego ni a entender la velocidad de la luz. Ni la del sonido ni ninguna de las velocidades que no podamos ver o sentir. Si somos seres limitados y lo somos porque está dentro de nuestra condición. ¿Es bueno o es malo?, pues no, simplemente es lo que es y es un límite, pero como todos los límites, son susceptibles de ser saltados y superados y eso es lo que me apasiona, que detrás de un límite hay otro nuevo y así hasta la extenuación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario