LA TEORÍA DEL CAOS

Todo lo que nos ocurre, ocurre por algo. Y no porque a dios le saliera de los cojones, si los tiene, a lo mejor luce una linda vagina y entonces había que hablar de ovarios. Bueno a lo que iba, que no voy a resolver yo lo que nadie sabe, pues eso que nada ocurre por nada. Hasta el detalle más pequeño después adquiere un sentido. Hay días que cambian su rumbo por un detalle, tú ya tienes el día planificado y surge algo y que en principio parece una tontería, pero que incide de tal manera en ti, que decides cambiar de planes. Más adelante le encontrarás un sentido a éste cambio.

Claro que se podía decir, que pase lo que pase siempre se le puede encontrar un sentido, pues a todo lo que hagas le puedes sacar hasta petróleo de sus entrañas. Pero esto confirma aún más lo que yo quería decir, que todo tiene un sentido y que hay que ser flexible para ir cambiando de estrategia. Porque el fin o estrategia es la misma, llegar a saber interpretar lo que es la vida y por  tanto llegar a disfrutarla. Y digo esto y relativizo, porque para disfrutar no hay que ser dios y tener todo claro, pero si parcialmente o por lo menos tener clara tú relación con la vida en ese momento.

El azar juega su papel y a veces cuando un pequeño detalle produce un cambio de rumbo demasiado radical, te deja en pañales o en pelota picada. Pero ahí juega su papel el coco, pues para eso lo tenemos,
para saber flexibilizar las situaciones. Hasta de la cosa más negra y siniestra podemos sacar conclusiones.
Somos seres evolutivos y para avanzar tenemos que aprender de nuestros fallos y por supuesto de nuestros aciertos, que no todo son fallos y meteduras de pata.

Es la teoría del caos, parece que todo se produce de forma caótica y desordenada y al final, resulta que todo tiene un sentido. Se dice que en el caos nunca hay error, el error se puede producir después, cuando tienes que unir los acontecimientos y darles el sentido que tienen o sea que puede haber un error a la hora de interpretarlos. El caos me gusta, pero me gusta más la interpretación de su música y es que a veces salen hermosas sinfonías. Solo hay que dejar que el caos actúe a su aire, pero estando atentos a que cuando toca mojarse y hay que ser raudo y veloz y actuar antes que los acontecimientos te atrapen en su telaraña y en su telaraña que se llama: ¡MIEDO!.

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JULIO CORTÁZAR