Vamos a ver tío, a ver si lo comprendes, no todos los días van a ser iguales, ni todo va a ser felicidad divina. Y me lo digo a mi mismo, pues inconscientemente busco argumentos para sentirme como ayer o anteayer o como el último día en que creía que yo era una divinidad. Aterriza tío, que el mundo da vueltas y más vueltas y tú estás en el mundo terrenal y no en el puto Limbo. Al Limbo van los que no saben donde tienen que ir, van los sin patria, los agnósticos, los paranormales, los mal nacidos, los no bautizados, los incomprendidos y los que nunca se mojaron.Y son legión de ellos o mejor dicho somos legión, pues me siento identificado plenamente con éste ramo o sea con los que vivimos en tierra de nadie. En tierra de nadie y sin fronteras ni barreras artificiales, sin patria de nada ni de nadie, sin bandera, sin himno que nos identifique, sin rasgos físicos raciales, sin religión y sea la que sea, sin armas y sin guerras. Se suele identificar la tierra de nadie con una tierra seca e improductiva, pues se supone que está entre dos fronteras y por tanto es tierra arrasada y para que puedan verse los enemigos de uno y el otro lado.
Yo la tierra de nadie la identifico más con el desierto y donde hay más vida de lo que parece. Además en el desierto también hay fecundos oasis. La verdad que prefiero la riqueza del desierto a estar al otro lado, a tener que ver desfiles militares, a tener que ir a misa, a alardear que somos una raza superior, a matarnos por la envidia, a creer continuamente que nos invaden o sea a tener miedo, siempre el miedo, el miedo maldito. Prefiero la indefinición del Limbo que a sentirme tan mal definido. Aparte que como veis optar por el Limbo es definirse claramente, salvo claro está, para los que nunca se mojan, que es el único punto oscuro que tiene el Limbo. Pero es igual, porque estos señores en el Limbo, tampoco se mojarán y seguirán así, para toda la eternidad.
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