TENGO UN PLAN

Yo tengo un plan, yo siempre tengo un plan, otra cosa es que ese plan funcione. También siempre procuro tener un plan B, por si acaso el primero falla. Ya un plan C, pienso que ya es pasarme. Y ya llegar a un plan E, como llegó el  Zapatero, no entra en mis cabales, ni tiene espacio en mi jodido juicio. Pero el caso es que siempre tengo un plan y hoy tengo uno y no es otro que poder mejorar el mundo. Como veis un plan utópico, pero hoy me siento así, me siento utopía pura.

Mi plan no incluye el diluvio universal, pero sí la fumigación universal de los humanos. Con cohetes espaciales y satélites fumigadores y por si acaso alguien se esconde de la fumigación, pues para eso están los Drones, para fumigar en los pequeños detalles y hasta debajo de las piedras. Y yo, que conste, que no me excluyo, pues soy tan humano como los demás y por tanto igual de cabrón y de pendenciero. La humanidad va cuesta abajo, la humanidad fue una filosofía de vida y hoy es una filosofía de muerte, pues solo hablamos  de humanidad cuando hay millones de muertos o de siniestras torturas.

La humanidad existió en sus tiempos, pero siempre se desenvolvió en las catacumbas y cuando asomó su cabeza  se la cortaron en mil pedazos. En nuestro foro interno aún tenemos algo de ella y por eso a veces sentimos que no queremos las guerras o que nos hace sentir que aún somos solidarios. La solidaridad humana es el único antídoto que hay contra la falta de humanidad y hoy en día y hay que decirlo claramente, la solidaridad está en plena caída.

Pero aún así yo soy profundamente idealista y sigo pensando que de ese pequeño trocito de humanidad que nos queda, aún pueden salir ramas nuevas, ramas que se llenen de frutos y de hojas verdes y plenas de vida. Y en el fondo pienso que yo sigo pensando que  soy un puto romántico de mierda. ¡Y así me va por la vida!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR