Hoy no doy los buenos días, directamente doy el buenas tardes. Pues son las 3 de la tarde del día 9 de Mayo y hoy es Viernes. Menudo día, curre intensivo desde las 6 de la mañana y ahora por fin estoy en casa o en mi santa samtorum. Porque he comprobado que uno se hace cada vez más maniático y yo para poder escribir tiene que ser en mi santa samtorum.
Porque sin darte cuenta vas cogiendo hábitos y no los hábitos monjiles, sino los hábitos en cuanto a cuestiones repetitivas y entonces el cenicero tiene que estar en éste lado y el ordenador un poco hacia la izquierda, pero no mucho y los pañuelos de papel en el lado derecho y la música la pongo al principio y según como yo esté, la pondré más jevi o más delicada.
La silla tiene que tener un cojín determinado y no sirve cualquiera, pues cada uno tiene distinta blandura o dureza y una altura determinada. Los bolígrafos tienen que estar siempre a mano, pues junto al ordenador son mis herramientas de trabajo. El vaso de agua tiene que estar a la izquierda y por eso de ser zurdo, supongo. También y mientras siga éste tiempo primaveral, tienen que estar las ventanas abiertas de par en par y así escucho lo que pasa en el mundo exterior y en el otro mundo.
Después, en el resto de las cosas, ya tengo un batiburrilo de cosas o sea un pequeño caos de pequeños detalles. Una colonia de las mías y por eso de si me apetece perfumarme. Un cortauñas, por si me da por cortarme las garras. Un paquete de tabaco de reserva y porque no me entre el mono. Iba a decir y un preservativo, pero no es verdad y porque nunca cae un polvo imprevisto. Y ya está, ya creo que son bastantes manías sobre mi mesa de estudio y de escritura. Y como dije al principio, sin ellas y sin todos esos pequeños detalles me es casi
imposible poder escribir.
Porque sin darte cuenta vas cogiendo hábitos y no los hábitos monjiles, sino los hábitos en cuanto a cuestiones repetitivas y entonces el cenicero tiene que estar en éste lado y el ordenador un poco hacia la izquierda, pero no mucho y los pañuelos de papel en el lado derecho y la música la pongo al principio y según como yo esté, la pondré más jevi o más delicada.
La silla tiene que tener un cojín determinado y no sirve cualquiera, pues cada uno tiene distinta blandura o dureza y una altura determinada. Los bolígrafos tienen que estar siempre a mano, pues junto al ordenador son mis herramientas de trabajo. El vaso de agua tiene que estar a la izquierda y por eso de ser zurdo, supongo. También y mientras siga éste tiempo primaveral, tienen que estar las ventanas abiertas de par en par y así escucho lo que pasa en el mundo exterior y en el otro mundo.Después, en el resto de las cosas, ya tengo un batiburrilo de cosas o sea un pequeño caos de pequeños detalles. Una colonia de las mías y por eso de si me apetece perfumarme. Un cortauñas, por si me da por cortarme las garras. Un paquete de tabaco de reserva y porque no me entre el mono. Iba a decir y un preservativo, pero no es verdad y porque nunca cae un polvo imprevisto. Y ya está, ya creo que son bastantes manías sobre mi mesa de estudio y de escritura. Y como dije al principio, sin ellas y sin todos esos pequeños detalles me es casi
imposible poder escribir.
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