INSTINTO Y PREJUICIOS

Hay razonamientos tan viejos como la misma vida y esos razonamientos con el paso del tiempo se acaban llamando comportamientos instintivos. En principio fueron razonamientos evidentes y del día a día y ahora y con el paso de millones de años los llevamos metidos en la médula y por tanto nosotros ya no necesitamos pensar sobre ellos. Salen de la mente como una metralleta y no pasan por ningún filtro mental y salen tal cual y así de desnudos. El instinto pocas veces te engaña, pues lo que sí te puede engañar son tus propios prejuicios, pero no el instinto en sí.

Si alguien te cae mal y por solo tú intuición y repito y no por tus prejuicios, normalmente y tarde o temprano siempre aciertas. Y puede ser que vayas a contracorriente y que te  quedes predicando solo en el desierto, pero si tu has tenido ese fogonazo intuitivo, sigue adelante y porque el tiempo te dará la razón. La intuición es una acumulación de pensamientos ancestrales y deben estar instalados dentro del alma, dentro del alma con la que nacemos. Son millones de voces concentradas a través de los tiempos y su sabiduría es máxima y casi absoluta.

Lo que si debe quedar claro, es que el instinto no es igual a prejuicios y hay que saber separarlos  y por tanto, hay que saber identificarlos. Porque a lo largo de nuestra vida nos llenamos de prejuicios, pero esos prejuicios no son instintivos o sea no salen del fondo de tú alma, salen de la parte más oscura que tenemos las personas. Y se sabe el porqué salen y en que situación fueron criados y porque estos si que están grabados en tu memoria y por tanto, están dentro de tus razonamientos personales y en consecuencia, pueden ser extraordinariamente subjetivos
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR