
Nadie me dice nada,
ni una palabra, ni un sentimiento,
ni una risa, ni un trozo de llanto,
¡nada!
Y quizá sea yo el que tengo que decir,
pero os juro,
que digo todo lo que puedo,
y que me abro las venas
y que me parto por los cuatro costados,
y en canal y en abierto,
y radio mi día a día,
y lo que pienso, lo plasmo,
y lo que siento, lo suelto,
pues soy como un libro abierto
o como una esponja recién estrujada,
lo que tengo, lo doy,
y lo que no tengo,
pues también,
y doy todo lo que veo y siento,
y si pudiera llegar más lejos,
daría un mundo de sentimientos,
y un abrazo y un beso
y muchos más besos,
y caricias tímidas,
y a veces, agitadas,
y con mi dedo dibujaría palabras
y palabras vivas y sentidas,
amor y amor a la vida,
y amor y amor a ti mismo,
y amor y amor a todo lo que nos rodea,
amor y amor,
y amor, es una palabra mágica,
el amor abre puertas
y a veces te las cierra,
pero siempre quedan ventanas por abrir,
y cuantas más se abren,
más sentimientos entran,
y eso es lo que importa,
que los sentimientos inunden tu alma.
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