LA VIDA Y LOS PROBLEMAS

Todo puede ocurrir bajo el poderoso poder del sol y más de éste sol primaveral. Ahora está mi perro buscando su suave calorcito. ¡Joder!, qué bien viven los perros, por lo menos los perros domésticos. Yo quiero ser como ellos y solo tener que preocuparme de que me paseen y que me den de comer o sea que quiero vivir a la sopa boba. Ni currar, ni hacer la comida, ni limpiar, ni tener que vestirme, ni fregar, iba a decir ni planchar, pero ya no lo hago, es decir, no pegar ni golpe.

Ya está, ya he soñado durante un ratito y ahora toca aterrizar sobre la puta realidad. Al final y como te dejes llevar, la vida se resume en currar, comer, cenar, dormir y desayunar y por el medio unas cuantas tareas más y que por cierto, no suelen ser muy gratificantes. Son deberes y deberes tenemos muchos, en cambio derechos de cada vez tenemos menos. Y si uno no rompe esa monotonía con algo, la vida se va encogiendo de tal manera, que siempre es la misma repetición de sucesos.

Hay que romper esa monotonía con algo o con un detalle o con un momento. Una simple chispa puede llegar, pero eso sí, que sea intensa y profunda. Un paseo, un pensamiento, un sentimiento, una frase, unas palabras, una idea, una poesía, todo sirve para romper esa monotonía. Y porque al final y metido de lleno en esa vorágine del día a día, el resultado es, que solo quieres que pase el día y cuando se tiene ese pensamiento, es muy indicativo de que tú estás pasando por la vida. Te niegas a pensar, a sentir, a vivir, y vas como un muerto viviente.

Claro que esperas a que pase el día y para ver si el día siguiente es mejor. Pero no hay días mejores o peores, solo hay días y días y estos serán buenos o peores, según te lo plantees. Es decir si aplazas enfrentarte al problema que tienes, pues mañana te pasará lo mismo y entonces habrá un nuevo aplazamiento.

Enfrentarse de cara a los problemas y cogerlos por los huevos, es la única solución que se tiene ante los problemas y aún así no está asegurada la victoria, pero sí que has dado un paso más hacia ella. Hombre, cuando son un cúmulo de problemas,  a veces es mejor dejar la solución para el día siguiente, pues el cacao mental que tienes en ese momento no te deja ver el bosque. Pero ya está, ya no caben más aplazamientos, por lo menos es lo que yo hago o pretendo hacer..