UN DÍA RARO

Se hace difícil intentar caminar sobre cristales y poder se puede, pero seguro que te cortas. Estoy harto de tener los pies cortados y por el hecho de arriesgar siempre. Nunca cojo los caminos fáciles y seguros, sino que cojo los más escarpados y dificultosos. Digo yo, que será porque me gusta. Pues igual que hay algunos que les gusta escarpar paredes o tirarse desde las cimas, pues a mi me gusta andar por los caminos con más obstáculos. Cuestión de gustos y preferencias.

Aunque a veces, como hoy, me guste lo simple y llano. Y dejarse de tantas gaitas y de tantas vueltas, y yo hoy quiero, repito, lo simple y llano. Pero creo que es imposible, pues ya le estoy dando vueltas a lo que se define como simple. Lo simple lo convierto en complicado y lo complicado en complicadísimo y así no hay quién salga de éste círculo vicioso. Y si dejo pasar el día sin más, me agobio y porque no me estoy comiendo el coco. Y hoy no está el horno para bollos, pues siento cansancio mental y físico.

Es el típico día que está para ir a cortarte el pelo o para ir de compras o para ir a jugar al Padel, sin más. Lo del Padel menos mal que ya había quedado y creo que es lo mejor que puedo hacer. Quiero despejarme y que suba mi nivel de Dopamina y  así echar toda la mierda que llevo dentro de mi cabeza, que al fin y al cabo, es vomitar toda la mierda de la Guardia que tuve en el día de ayer. Por lo menos que la empanada que llevo encima se convierta en algo placentero. Hoy al final, es un día raro, sin más.

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JULIO CORTÁZAR