ÚTERO MATERNO

Y no hago ningún alarde de inteligencia, si hoy digo que es Domingo y día 15 de Junio, justo en el ecuador del mes. Y como Domingo que es, las campanas de la Iglesia replicaron como locas y no sé  el motivo, ¿quizá una boda? o porque el campanero se tomó un tripi demasiado fuerte o se fumó un buen canuto y es que a veces buscamos causas profunda e importantes y no señor, son más sencillas. Pues aquí ha cambiado el tiempo y está un día muy ventoso, como queriendo que el tiempo cambie, pero sin decidirse a hacerlo. Cielo gris y encapotado y vientos a ráfagas o sea un día revuelto y un tanto espeso, pues el calor de caldera sigue su curso, pero espero que el viento logre cambiar el tiempo y empiecen las temperaturas propias del mes de Junio, que son de calor, pero suave.

Calor suave, es lo que queremos todos, estar calientes pero suavemente. Porque yo no le recomiendo a nadie estar demasiado caliente y caliente en todos los sentidos. Caliente de temperatura, caliente de ideas y de pensamientos y caliente de ardores o de picores sexuales, porque los excesos calorígenos te marcan y te desilusionan y porque nunca se cumplen ni serán cumplidos. Más vale estar un poco caliente y sin perder el hilo de la realidad, pues la realidad es que te hace bajar la temperatura y es la que te pone en tu sitio. Sí, porque todos tenemos un sitio y aunque de vez en cuando nos escapamos, volvemos a tener la necesidad de volver a nuestro sitio.

Es como la sensación de querer volver al útero materno y de bañarte de nuevo en el líquido amniótico o sea volver a tu estado embrionario y dependiente y no tener que preocuparte de sobrevivir en la selva en la que vivimos. Hay quién le llama, tener la necesidad del calor de madre o tener un escudo protector. Yo esto lo intento a veces, pero mi útero materno solo manda ondas de desprecio y de rechazo. No percibo esa sensación como algo placentero, si no todo lo contrario, rechazo y más rechazo. Y dicen algunos terapeutas que con esa sensación  se nace y que te marca el resto de tu vida. Bueno, yo no sé si me marca, pero tenerlo sí que lo tengo claro, que no tengo la posibilidad de volver a mi útero materno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR