La gente después de divorciarse, se vuelve a casar y para después volverse a divorciar. E hijos del primer matrimonio e hijos con el segundo, una fuente de hijos que salen sin parar. Pero bueno cada uno es muy libre y si tienen esa necesidad de ir de nido en nido y tiro porque me toca, pues eso que cada uno actúe como quiera y que se atenga a sus consecuencias. Me acaban de invitar a la segunda boda de unos amigos que previamente se habían divorciado y ahora se vuelven a casar entre ellos dos
Qué bonito, qué bonito es el amor, pero lo que yo me pregunto, ¿es que todo tiene que acabar igual?. Todo tiene que acabar en otra boda. Pues al parecer sí y entonces el bicho raro soy yo. Que me he divorciado y no quiero otra boda y aunque sea regalada. No quiero y no por nada, no la quiero porque mi sueño de amor eterno ya se acabó. Claro que alguien me puede decir, tío que a lo mejor mañana te enamoras de una tía y entonces ya no opinas igual.
Más enamorado de cuando me casé, lo dudo yo. Y menos, sí que es más factible, pero también si lo estoy menos, que necesidad tengo de tener que casarme. Y si es más, pues tampoco, porque para querer a alguien no hace falta que te cases. Hacen falta más otras cosas, hace falta enamorarte, querer, sentir, disfrutar e ilusionarte en cada día de tú vida o como decía el otro, mientras dure la cosa. De todas formas nada es incompatible y el que quiera casarse que se case y el que no quiera, pues también. Son dos opciones y son dos alternativas y ambas son igual de respetables. Yo que sé lo que será de mi vida, si a éstas alturas no lo sé yo, entonces ¿quién lo va a saber?. Quizá Dios, pero hay pedirle cita previa para poder hablar con Dios
Qué bonito, qué bonito es el amor, pero lo que yo me pregunto, ¿es que todo tiene que acabar igual?. Todo tiene que acabar en otra boda. Pues al parecer sí y entonces el bicho raro soy yo. Que me he divorciado y no quiero otra boda y aunque sea regalada. No quiero y no por nada, no la quiero porque mi sueño de amor eterno ya se acabó. Claro que alguien me puede decir, tío que a lo mejor mañana te enamoras de una tía y entonces ya no opinas igual.Más enamorado de cuando me casé, lo dudo yo. Y menos, sí que es más factible, pero también si lo estoy menos, que necesidad tengo de tener que casarme. Y si es más, pues tampoco, porque para querer a alguien no hace falta que te cases. Hacen falta más otras cosas, hace falta enamorarte, querer, sentir, disfrutar e ilusionarte en cada día de tú vida o como decía el otro, mientras dure la cosa. De todas formas nada es incompatible y el que quiera casarse que se case y el que no quiera, pues también. Son dos opciones y son dos alternativas y ambas son igual de respetables. Yo que sé lo que será de mi vida, si a éstas alturas no lo sé yo, entonces ¿quién lo va a saber?. Quizá Dios, pero hay pedirle cita previa para poder hablar con Dios
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