¡CUIDADO CON EL PERRO!

¡Joder! que yo nací para ser minoritario y las mayorías me las paso por el forro. Nunca me gustaron las mayorías, pues para que algo sea mayoritario hay que hacer una rebaja de tus ideas y planteamientos y para que todos se queden contentos. Y yo sigo en mis trece, yo estoy contento cuando digo lo que pienso y está bien eso de escuchar a los demás y a lo mejor hasta te pueden hacer cambiar el pensamiento, pero nada más.

Si yo nací como un bicho raro y en el medio de una familia desestructurada (como se dice ahora), y siempre anduve por los márgenes sociales y más afuera que dentro, ¿como me voy a plantearme ahora ser uno más de la manada?. Yo reivindico lo que pienso y lo que no pienso también, reivindico ser un bicho libre y para eso exijo respecto, exijo que se me deje al margen, que yo en el margen de las cosas es en donde mejor me desenvuelvo.

El que intente hacerme un ser social y adaptado, lo lleva más que claro. Algunos dirían que soy un antisocial y puede que tengan razón, pero me da igual el nombre que se le ponga al tema, lo importante es poner unas reglas del juego que nunca invadan tú vida íntima. A mi mientras me dejen en paz, sé que no voy a morder, pero si alguien intenta invadir mi parcela vital, entonces ya no respondo de mis actos. Y no es una amenaza, es sólo una advertencia  o sea que tengo un cartel en la frente que pone: ¡cuidado con el perro!.

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JULIO CORTÁZAR