Y ahora ya estoy de nuevo en mi casa y disfrutando de éste nuevo encuentro. Poco a poco va cogiendo su sello, que no es otro que el mío y va perdiendo ese aire aséptico con que la dejaron los inquilinos. Mis cosas y mis pequeños detalles van apareciendo y ahora que voy estar de vacaciones creo que remataré la faena. Vamos que para que yo esté al completo, tengo que tener mi casa en condiciones, en mis propias condiciones.
Y después de éste Verano un tanto convulso por mi parte, espero conseguir que todo adquiera su reposo y su pausa y yo estoy dentro del paquete y tengo que hacer poso. O sea que tengo que sedimentarme y ver de que lodo estoy hecho. Parece una tontería, pero para mi es muy importante saber el como estoy ahora, pues no es lo mismo verme hace dos meses que ahora. Han pasado cosas, muchas cosas y algunas importantes y otras tontas, pero yo tengo que llegar a saber como me han afectado.
Porque nada resbala, parece que resbala y que nada te afecta, pero cada cosa que te pasa se lleva un trozo de tu alma. Y para alimentar al alma, primero hay que saber que parte del alma te falta y para después darle el sustento adecuado. Y no es fácil, no es fácil saber de que adoleces, requiere un buen repaso y el no tener miedo a profundizar en las heridas abiertas. Yo sólo tengo miedo a una cosa, a que sean demasiadas heridas y en consecuencia, que me pierda. Ya se sabe que si hay demasiados frentes abiertos se puede perder la perspectiva, esa que está detrás de los problemas, esa por la que siempre luchaste. Lo dicho, que el problema está en que de vez en cuando los árboles no te dejan ver el bosque.
Y después de éste Verano un tanto convulso por mi parte, espero conseguir que todo adquiera su reposo y su pausa y yo estoy dentro del paquete y tengo que hacer poso. O sea que tengo que sedimentarme y ver de que lodo estoy hecho. Parece una tontería, pero para mi es muy importante saber el como estoy ahora, pues no es lo mismo verme hace dos meses que ahora. Han pasado cosas, muchas cosas y algunas importantes y otras tontas, pero yo tengo que llegar a saber como me han afectado.Porque nada resbala, parece que resbala y que nada te afecta, pero cada cosa que te pasa se lleva un trozo de tu alma. Y para alimentar al alma, primero hay que saber que parte del alma te falta y para después darle el sustento adecuado. Y no es fácil, no es fácil saber de que adoleces, requiere un buen repaso y el no tener miedo a profundizar en las heridas abiertas. Yo sólo tengo miedo a una cosa, a que sean demasiadas heridas y en consecuencia, que me pierda. Ya se sabe que si hay demasiados frentes abiertos se puede perder la perspectiva, esa que está detrás de los problemas, esa por la que siempre luchaste. Lo dicho, que el problema está en que de vez en cuando los árboles no te dejan ver el bosque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario