GARABATOS

Hoy escuché y vi una noticia en la tele en la que decía: que se había encontrado en una cueva perdida en Algeciras un garabato prehistórico, un pequeño dibujo del tamaño de la palma de una mano sobre el suelo  de una cueva. Y después venía todo el rollo patatero de la importancia del dibujo y porque eso demostraba que el Neandertal pensaba y que quería reflejar de alguna manera lo que veía alrededor. Claro que el Neandertal que lo hizo, debía de ser de la escuela abstracta y porque ante semejante garabato no se tenía ni puta idea de lo que aquel tipo quería transcribir.

Me figuro al tío Neandertal  dentro de su choza o de su cueva y con los fríos glaciares que corrían por aquellos tiempos y meses y meses encerrado y muerto de hambre y de aburrimiento y de aquellas no había cartas, ni parchís, ni juegos de la oca y ni siquiera crucigramas y haciendo el garabato sólo por el puto aburrimiento. Y ete aquí que muchos siglos después encuentran al garabato y resulta que son rayas cruzadas y claro el sesudo de turno, le tiene que buscar un significado. Encontrarle el significado al aburrimiento es como querer encontrárselo al porqué de tú existencia.

Pues yo no soy Neandertal, aunque a veces lo parezca y hago garabatos, hago muchos garabatos abstratos con el bolígrafo. Los hago más cuando estoy en reuniones y en las que escucho, pero en las que sólo presto atención a lo que quiero y en ese momento, cuando presto atención, dejo de hacer garabatos. O sea es una forma más de escaparme de oír repeticiones o de oír cosas evidentes. Aún me acuerdo de la bronca que me echó una vez el Psiquiatra cuando estaba malito del coco y todo porque me puse a hacer garabatos. La verdad es que ya estaba mejor y me daba bastante por el culo su discursito sobre la moralidad psiquiátrica
y el tío crápula se dio cuenta de que lo ignoraba. ¡Coño! para eso era psiquiatra.