Y ahora que estoy sólo puedo decirlo, tengo un ataque de gases, pedorreo a cada minuto y oigo a las tripas como trepan por mi barriga como serpientes enrabietadas. Serían los garbanzos que hoy papeé, ¡putos garbanzos de mierda! y aún encima eran parte de mi dieta. O sea que hoy comí mal y escasamente y tengo una gusa que no veas y estoy como un globo aerostático, lleno de gases hasta la bandera. Aguanto la dieta porque no me queda otro remedio, pero que nadie me quite el placer de poder cagarme en ella.
Y sigue el concierto jevi de mis tripas y menos mal que no se acompañan de retortijones, que son lo equivalente a espasmos intestinales. En espasmo estoy yo, estoy espasmado por tanto sacrificio que tengo que hacer. A mí, que siempre tuve debilidad por las carnes y de todo tipo, la vacuna, la del cerdo, la del pescado y de los vegetales pensaba, que estaban bien como adornos florales y va y me toca la lotería del azúcar y ya se jodió el asunto.
Claro que hoy llevaba en la mano un lote de botellas de agua y que pesaban 9 kilos exactos y me vino a la cabeza, que eso era lo que yo había bajado de peso y entonces me dí cuenta que merece la pena el ponerse a dieta. Para mi que aquello pesaba mucho más que eso y también me acordé de mis pobres articulaciones y por tener que soportar ese exceso grasiento. Si la cosa iba dura, pues ya me costaba abrochar los zapatos y subir las escaleras. Dura no, durísima. Pero gracias a dios siempre tengo solución para todo.
Y sigue el concierto jevi de mis tripas y menos mal que no se acompañan de retortijones, que son lo equivalente a espasmos intestinales. En espasmo estoy yo, estoy espasmado por tanto sacrificio que tengo que hacer. A mí, que siempre tuve debilidad por las carnes y de todo tipo, la vacuna, la del cerdo, la del pescado y de los vegetales pensaba, que estaban bien como adornos florales y va y me toca la lotería del azúcar y ya se jodió el asunto.Claro que hoy llevaba en la mano un lote de botellas de agua y que pesaban 9 kilos exactos y me vino a la cabeza, que eso era lo que yo había bajado de peso y entonces me dí cuenta que merece la pena el ponerse a dieta. Para mi que aquello pesaba mucho más que eso y también me acordé de mis pobres articulaciones y por tener que soportar ese exceso grasiento. Si la cosa iba dura, pues ya me costaba abrochar los zapatos y subir las escaleras. Dura no, durísima. Pero gracias a dios siempre tengo solución para todo.
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