IMAGINACIÓN COMPRIMIDA

Bueno, ya empieza la mosca a tocarme los cojones, la mosca que me dice que me queda una hora de tiempo y para irme a la guillotina y para currar de nuevo. ¡Joder!, después dicen que en la vida no se repiten las cosas y yo no paro de hacer cosas repetitivas. Me levanto, desayuno, almuerzo, ceno, duermo y voy a currar y vuelvo y hago la comida y me cepillo los dientes y me ducho y cago y meo y no sigo, por no ser pesado y porque la lista se haría interminable.

Y después decimos que somos imaginativos en nuestras vidas ¡y una mierda!, somos primero, putas máquinas y en segundo lugar, somos personas imaginativas y para éste espacio sólo tenemos reservado un escaso trozo de tiempo, por tanto, tenemos una imaginación comprimida. En poco tiempo tenemos que imaginar un montón de cosas y lo tenemos que hacer, si queremos dar un poco de salsa a nuestra vida. Porque lo que se hace en plan automático ahí no hay salsa ninguna, se hace y ya está y además se hace, porque hay que hacerlo.

Y claro y como me pasó a mi hoy, que hay días en que te absorben los automatismos y el tiempo dedicado a la imaginación se restringe a lo mínimo. Pero bueno, yo he tenido 2 horas de asueto y creo que las estoy aprovechando muy bien. La imaginación comprimida también es muy válida y además que remedio nos queda, si vivimos para currar y para cubrir nuestras necesidades más elementales y si en 5 minutos que te quedan, tienes que darle al coco y soltar tu imaginación, pues las autoridades sanitarias lo recomiendan. Yo yo soy una autoridad sanitaria y por eso, os lo digo.

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JULIO CORTÁZAR