Pero a pesar de mis penas y pesares, yo no puedo quejarme de nada. Hoy en día no tengo derecho a ello o yo por lo menos no me lo concedo y no lo tengo porque estoy en un momento muy especial y eso es como si dios baja del cielo y te regala una nueva vida. La antigua la tengo ahí y antes era un peso muy pesado y ahora se ha convertido en una fuente de inspiración, pues tengo a raudales de antigua vida, pues otra cosa no hice en mi vida, que vivir hasta los topes.
Y tengo de todo y muy variado. He caminado por las profundidades, he salido a flote, he estado en nubes borrascosas y he disfrutado y como un loco de las tormentas. O sea que no puedo quejarme de aburrimiento, pues vista mi vida desde la perspectiva que dan los años, mi vida ha sido fascinante. Que sí, que con muchos momentos malos y hasta algunos desquiciantes, pero en cambio otros, me subí al cielo y hasta me pasé de largo.
No puedo quejarme de nada, de que me faltó cariño, de que me quisieron menos de lo esperado, de que tuve carencias afectivas o de amistades o yo que sé, de toda esa retahíla que siempre se dice. Y todo esto lo digo, porque tengo que reconocer que en otros momentos anduve sobrado y una cosa compensa a la otra y la suma y resta definitiva, da ese resultado, no me faltó de nada y por tanto, no puedo quejarme de nada, ni tan siquiera cuando estuve tan deprimido y porque al otro lado de la balanza, están los momentos más mágicos que he tenido y que ahora estoy descubriendo que son muchos más de los que pensaba inicialmente.
Y tengo de todo y muy variado. He caminado por las profundidades, he salido a flote, he estado en nubes borrascosas y he disfrutado y como un loco de las tormentas. O sea que no puedo quejarme de aburrimiento, pues vista mi vida desde la perspectiva que dan los años, mi vida ha sido fascinante. Que sí, que con muchos momentos malos y hasta algunos desquiciantes, pero en cambio otros, me subí al cielo y hasta me pasé de largo.No puedo quejarme de nada, de que me faltó cariño, de que me quisieron menos de lo esperado, de que tuve carencias afectivas o de amistades o yo que sé, de toda esa retahíla que siempre se dice. Y todo esto lo digo, porque tengo que reconocer que en otros momentos anduve sobrado y una cosa compensa a la otra y la suma y resta definitiva, da ese resultado, no me faltó de nada y por tanto, no puedo quejarme de nada, ni tan siquiera cuando estuve tan deprimido y porque al otro lado de la balanza, están los momentos más mágicos que he tenido y que ahora estoy descubriendo que son muchos más de los que pensaba inicialmente.
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