COMPETITIVO

Ya de vuelta de mi partido y no digo nada más, que simplemente hemos ganado. Cuando se gana no hace falta decir más, consuelas un poco al contrario y por eso de que no se ponga a llorar y con ese desdén de que te importa todo un huevo, le perdonas su miserable derrota. Y bueno esas cosas que se dicen siempre, hoy hemos jugado nosotros muy bien y nos salía todo y un poco de mala suerte habéis tenido y sin más comentarios te diriges victorioso al vestuario y pensando, ¡que se jodan y que mastiquen el sabor amargo de  la derrota!.

Hay quién tiene la teoría, de que uno juega para divertirse y no por ello, hay que ser competitivo. Bueno pues perdonadme pero disiento y disiento mucho. Y por una sencilla razón, cuando pierdo me cabreo y sí, el cuerpo lo siento mejor por el ejercicio echo, pero le falta el agradable sabor de la victoria. Y cuando gano, me siento el amo del mundo y voy pletórico por la vida. Ganar me entusiasma y me hace ser un tipo grande y como soy tirando a bajito, es la única manera que tengo de crecer un poquito.

Y hoy tengo que decir que jugué a cara de perro y porque estaba hasta los huevos de que últimamente perdiéramos. Y me dejé llevar por la pasión de ganar y parte de mi cuerpo y alma se quedaron en el campo. Y que nadie me venga con esa estupidez que siempre se dice, el que tienes que saber perder. Yo no sé perder a nada y menos cuando practico algún deporte, pues en el deporte se me pone la vena competitiva hinchada y mis deseos, ya no van de sólo ganar, sino y también de machacar al contrario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR