Si piensas porque piensas, si callas porque callas, si chillas, molestas y si hablas, haces daño. Y si escupes al aire, ten cuidado, pues si tienes el viento de cara ya sabes donde caerá el lapo. Si hablas haces daño, si hablas lo que tienes que hablar y decir y porque todo lo que es verdadero, tiene sus aristas. Las verdades no siempre son suaves, pueden serlo a veces, pero no en todas. Las verdades como puños son lanzas que se clavan en tu alma y por tanto tienen esa parte buena de decir la verdad, pero también tienen sus efectos colaterales.
Y que nadie piense que la verdad no hace daño, hace mucho daño, pero siempre hará menos daño que las falsas verdades, es decir que las mentiras. La mentira hace un daño inicial, pues algo de verdad siempre tienes que decir y porque sino ¿para que mientes? y a posteriori aún más, pues es cuando la mentira te va hacer su verdadero y cruel daño. Te va desgarrar por dentro y porque en cierta medida creíste la mentira inicial o sea que creíste en esa persona.
Y que nadie piense que la verdad no hace daño, hace mucho daño, pero siempre hará menos daño que las falsas verdades, es decir que las mentiras. La mentira hace un daño inicial, pues algo de verdad siempre tienes que decir y porque sino ¿para que mientes? y a posteriori aún más, pues es cuando la mentira te va hacer su verdadero y cruel daño. Te va desgarrar por dentro y porque en cierta medida creíste la mentira inicial o sea que creíste en esa persona.
Y yo no me salvo de la quema, yo mentí más de lo que hablé, yo mentí en cada momento y encadené una mentira sobre otra y mi mundo se cubrió de mentiras. Después es un verdadero lío, pues ya no te acuerdas en lo que mentiste y cuando te hacen la misma pregunta, no sabes que contestar y porque ya no te acuerdas cual era la respuesta mentirosa y sales por peteneras y como puedes, pero hasta tú te das cuenta de que la cosa no funciona.
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