Y ya veis en que empleo yo un Sábado, en escribir como un gilipollas. Pero bueno, algunos los Sábados se dedican a correr por caminos o senderos y buscando algo que hace tiempo al parecer perdieron, quizá sea el sentido o ¿es que tiene más sentido estar todo el día corriendo?. Otros pasean o se van al monte y los hay que dedican el Sábado sabadete a follar como unos descosidos y bueno, yo ante estos últimos me quito el sombrero y las hago una genuflexión de salutación.
Yo que sé, cada uno que haga lo que quiera y no digo, que haga lo que quiera porque le divierte, ojalá fuera eso, el que todo dios hace las cosas en un día de asueto porque le divierten. Por desgracia la dura y cruel realidad no es así y por ejemplo, uno se pone a ver la tele toda la tarde y lo hace ¿porqué se divierte?. Y un huevo, lo hace porque está más que aburrido y prefiere ese descerebre de película soporífera, que el tener que darle al coco. Como también se dice, son vías de escape hacia no sé donde.
La verdad es que pocas veces uno sabe a ciencia cierta lo que quiere hacer y lo normal es que usemos el método de descarte. O sea no quiero andar en bici, no quiero escalar montañas, no quiero bañarme, no quiero mover mi culo y al final ¿qué te queda?, pues en mi caso el ponerme a escribir y bien contento que lo hago. Es una forma más de ejercitar tu mente y así repasas los pros y los contras que tiene cada asunto y yo el peligro de la tele lo tengo resuelto, otro rayo malvado se ha cargado mi antena hiperbólica.
Yo que sé, cada uno que haga lo que quiera y no digo, que haga lo que quiera porque le divierte, ojalá fuera eso, el que todo dios hace las cosas en un día de asueto porque le divierten. Por desgracia la dura y cruel realidad no es así y por ejemplo, uno se pone a ver la tele toda la tarde y lo hace ¿porqué se divierte?. Y un huevo, lo hace porque está más que aburrido y prefiere ese descerebre de película soporífera, que el tener que darle al coco. Como también se dice, son vías de escape hacia no sé donde.
La verdad es que pocas veces uno sabe a ciencia cierta lo que quiere hacer y lo normal es que usemos el método de descarte. O sea no quiero andar en bici, no quiero escalar montañas, no quiero bañarme, no quiero mover mi culo y al final ¿qué te queda?, pues en mi caso el ponerme a escribir y bien contento que lo hago. Es una forma más de ejercitar tu mente y así repasas los pros y los contras que tiene cada asunto y yo el peligro de la tele lo tengo resuelto, otro rayo malvado se ha cargado mi antena hiperbólica.

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