TERCO

Casi las 5 de la tarde y ya aparecen las primera penumbras que anuncian la venida de la noche: También se empieza a notar el frío otoñal y como yo soy terco y obcecado, pues quiero seguir viviendo en manga corta y tal como si fuera el mes de Agosto  y claro, estaba temblado y aterido de frío. Pues ante eso, no me puse un jersey, simplemente me trasladé de sitio y aquí estoy yo, al lado de mi estufa de leña encendida y dejándome acariciar por su mano cálida.

Yo soy terco porque ya nací terco, después alguna gente me hizo ser más terco, pero mi esencia es esa, soy terco y hasta la bandera. Soy caparrut, como se dice por estos lares insulares y hablando de caparruts o de tercos, hoy está terca mi estufa de leña y me está costando un huevo encenderla. Yo la alimento de leña buena y la mimo con sumo esmero y no sé si lo hace por llamar mi atención, que de vez en cuando la cabrona se me rebela.

Esto es parecido a tener un único hijo y claro, te sale mimado y caprichoso. No deja de llamar mi atención la gente que se queja de que su niño es un tirano y que coincide con que es hijo único. Pues coño ten más hijos o córtale las piernas al que tienes, o arráncale los ojos o la lengua. Por cierto el cuarto ya está caldeado y yo floto en un mundo cálido y confortable y con ese aroma tan especial que solo da la leña. Si siempre lo dije, yo a una Isla desierta me llevaría mi ordenador, mi muñeca hinchable y por supuesto, mi estufa de leña.

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JULIO CORTÁZAR